Medios la describen como un fenómeno en ascenso que está cambiando la escena urbana chilena, pero poco se sabe de quién es realmente Leonora Tonini y cómo dio saltos de conejo desde Lautaro, en La Araucanía, hasta llegar al Movistar Arena, ser nominada a un premio Pulsar por mejor videoclip y lograr que quienes la aman o la odian cayeran en su juego. Esta es su historia, pero también la de KUINA, Leonora Laffont y Konejo, todas habitando un mismo cuerpo, contada por su portavoz.
x Nicolás Urquiza Zurich
La primera vez que KUINA intentó colarse a través del cuerpo de Francesca Leonora Tonini Cáceres (21) fue en octavo básico. Salió con gritos, risas de histeria y llanto. La Leo estaba presentando una de las obras que montaban anualmente con su curso como parte del programa escolar cuando el personaje se apoderó de ella. Su profesora del taller de teatro la felicitó por su interpretación, pero el escaso acceso a instituciones artísticas en las comunas de La Araucanía, donde se movía en ese entonces, y la falta de referentes locales hicieron que tanto su personaje como el sueño de seguir explorando esa faceta volvieran a esconderse.
Así comenzó a gestarse KUINA en la mente de Leo. Recuerda vívidamente la tarde después de clases en la que decretó su futuro. Terminaba la transmisión de su serie favorita en Disney Channel, Hannah Montana, cuando vio el primer capítulo de la teleserie infantil argentina Patito Feo. Observar a Patricia y a Antonella cantar y bailar hicieron que la voz que había aparecido en la obra volviera a susurrarle al oído. Quería la vida de todas ellas: llenar estadios, ir a estudios de grabación y tener fans. Ser artista.
Hechos aislados de su infancia se unieron para construir su personaje. Cuando tenía cinco años quedó hipnotizada durante un fin de semana entero mirando a los conejos que la polola de su tío Carlos le dejó encargados a su familia. Se obsesionó con esos animales, los dibujó por primera vez cuando iba en segundo básico y desde entonces no deja de hacerlo. Hoy forman parte fundamental de la iconografía que envuelve al mundo de la artista.
Poco antes de morir, la bisabuela paterna de Leonora, María Agustina, le comentó que se llevaría su apellido a la tumba. Solo tenía hermanas y nadie había hecho algo para preservar el Laffont. Para Leo eso era impensado y hoy, cinco años después, Leonora Laffont, a quien describe como una señora antigua, con demencia y muy intelectual, se convirtió en uno de los alter egos y personajes creados por la artista en el mundo onírico y teatral de KUINA, además de incluso figurar como compositora de algunas de sus canciones.
Leo lo hizo para honrarla y agradecerle por sus consejos inagotables y el tiempo que vivió en su casa meses antes de irse a la capital con un bolso con ropa y 30 mil pesos para conejear su paso por la escena urbana de Santiago. Leonora Laffont es la voz de gran parte de su segundo EP en el cielo viven los serafines y el personaje más parecido a la cantante: “una llorona culiá de temple dócil y sensible”.
También es la que habla en EPÍLOGO, canción inicial de su primer proyecto de larga duración KONEJO DI PLATA, el cual fue ideado para oficializar el nacimiento de KUINA, una chica “que tira la pelá y se pasa por el pico a todo el mundo”, creada por Leo para desahogarse de la rabia y sus malestares.
Con KONEJO DI PLATA, Leo deja atrás los sencillos que había lanzado antes del 2022 para entregar una maratón de películas de terror enmarcada en los horrores capitalinos que vivió, los sentimientos por dejar atrás a su familia, su ciudad y a quienes le dieron la espalda tras abandonar la carrera de agronomía en la Universidad de la Frontera (UFRO) después de un semestre.
“Fue brígido pa’ mí porque cuando estaba en Temuco ya me sentía muy lejana a la vida de mis compañeros en hechos simples como no poder salir a carretear porque no tenía plata. Pero cuando me vine pa’ acá y vi cómo vivían en comunas como Las Condes y después viajaba en micro a mi casa en Quinta Normal y tenía un hoyo en el techo era irreal”, dice.
En ese EP canta “tengo que pasar más frío pa’ contarlo en la interview”, ridiculizando al tratamiento mediático de algunos medios que romantizan el mal vivir de artistas que quieren surgir. No es que esa no fuese su realidad. Al llegar a la capital trabajó como vendedora, mesera y haciendo pizza para costear su estadía y los gastos de producción de su proyecto. Pero es clara al decir que no los luce como “fichas” para ser aplaudida. Son parte de los riesgos que asumió para asentarse donde está hoy.
Los medios tradicionales alaban a artistas jóvenes más por su edad que por su talento, ¿te pasa?
Hay un adultocentrismo que veo desde que soy muy chica y que vivía cuando me trataban de meter miedo diciendo que no iba a poder hacer esto por mi edad. Mi abuela siempre me decía que la vaca se olvida de que fue ternero. Es algo que he tenido presente mientras crezco y quiero hacer la diferencia. Con el boom de la música urbana han salido muchos cabros más chicos que son súper talentosos y no los reconocen en instancias más grandes, como en los premios Pulsar, donde vemos a puros productores mayores. No porque sean adultos y lleven caleta de años en esto significa que no existe el mismo talento en personas de más corta edad. Así solo condicionan a la gente más joven a seguir caminos que ya están recorridos.
Leo no se avergüenza en decir que sueña con los Grammys, cantar en Coachella y ganar mucho dinero haciendo su arte. Es una mujer ambiciosa y se enorgullece por ello. Es más, la palabra ambición está tatuada en su estómago y se autodenomina bunnyambitionboi en sus canciones. “Es mi mantra; mis ganas de querer vivir de lo que me gusta, a pesar de todo”, remarca.
Después de KONEJO DI PLATA, Leo publicó en el cielo viven los serafines (2023), donde mezcla a sus personajes para mostrar una faceta íntima y familiar ya no solo desde la rabia, sino que también desde la comprensión y la frustración. temuko, lorena, a los dieciséis (canción interpretada por KONEJO, “un hombre saco weas”, que forma parte de su imaginario), demencia y malandrillo son una radiografía al corazón de Leo, KUINA y Leonora Laffont en 2023.
En su último álbum, en cambio, Leo deja volar su imaginación piloteada por KUINA para sentar bases en una estrategia que pensó y que funcionó: viralizarse “hablando weas”. “¿Lo tomaste en serio? Caíste en mi juego”, canta en el sencillo TOI ENOJÁ, con el cual obtuvo su primera nominación a los Premios Pulsar por mejor videoclip. La canción hoy tiene miles de reproducciones y una cifra similar de comentarios de odio y de desconcierto por parte de quienes no entienden la propuesta de Leo.
Ese fue su plan desde un inicio: posicionarse con su thrash rosado. “Cuando descubrí el término thrash, más tirado para el trap, fue por el Dillom y estos cabros que hablaban puras mierdas en las canciones y yo hice lo mismo, pero en rosado, más de chica”, explica. Sus letras lo confirman: “No puedo evitar ser la mejor, es que tengo el Sol en Libra igual que Kim Kardashian”, “tengo big dick energy”, “por el pico el trap, yo seré pop star”. Y con samples de 31 Minutos, Las Divinas, Aretha Franklin y Shakira, KUINA da cuenta del juego multifacético y de la propuesta sin esquemas que forman parte de su imaginario.
KUINA quiere ser la artista que le hubiese gustado admirar cuando comenzó a grabar canciones con su celular y a pasarlas al computador, mientras le confiaba solo a unos pocos compañeros de curso su anhelo de cantar. Hoy asegura que sería fan de su proyecto si fuera liceana. “Tengo muy presente a la niña chiquitita que hay dentro mío”, cuenta. La pequeña Leo la ayuda a moldear su arte y también la puesta en escena de sus shows.
Para Leo sus raíces son importantes. Junto a sus tres hermanos, los abuelos maternos que la criaron, dice, “son mi motor”. No es casualidad que los nombre en varias de sus canciones. “Como tata dice a mi Laly mi lima limón”, “Josefa (15) crece y crece”, “Llenar a la Pasqui (13) de diamantes”, “El Bruno (12) con zapatillas nuevas”. Incluso hay veces en las que forman parte del proceso creativo opinando sobre sus canciones y propuestas. “Pa’ ellos es demasiado lindo que yo escriba de nosotros”, cuenta.
Dejarlos atrás fue lo más difícil de saltar a Santiago. Verlos con meses de distancia y notar lo rápido que crecían era algo que le apretaba el corazón. ‘Hay que tener paciencia no más y vamos a volver a estar juntos’, les dice cuando hablan a diario. El 19 de mayo de 2024 los trajo junto a sus abuelos, mamá y papá a verla presentarse en el De Cora Fest en el Movistar Arena.
Habla emocionada de los momentos en que los miraba desde el escenario. “El Bruno era el más feliz aquí”, dice, “A él le llama la atención lo artístico”. La artista lo motiva a explorar porque quiere ser un buen modelo a seguir para ellos y romper los ciclos que tiran en la sangre de su familia, pero sin dejarla de lado, sino que extendiéndole su mano.
¿Sientes una responsabilidad al ser un rol a seguir con la exposición de tu carrera?
Aún me siento un poco cabra chica y soy súper buena pa’ mandarme cagás. Tengo 21 años y fui muy buena pa’ mandarme cagás sin los ojos de la gente encima. Claramente todavía me queda un camino de cagás, pero ahora con personas mirándome, entonces sí, siento que hay cierta responsabilidad. Pero también me gustaría mucho que sea parte de humanizar a los artistas y mover pa’ ese lado la cosa. No quiero dejar de ser yo y que piensen que como me está yendo bien hago todo perfecto. Quiero que con eso quienes me ven se humanicen y puedan aceptar sus errores de otra manera.
¿Cuándo fue la última vez que sentiste que lo que haces tuvo un efecto en alguien más?
Hace poco una niña me mandó un cuadro de un conejito y me escribió una carta en la que me dijo cosas que en realidad me hicieron sentido y dije ‘Puta, no puedo creer realmente que lo que estoy diciendo tenga un efecto tan importante en la vida de otra persona‘.
En menos de una semana hará su primer show en solitario de larga duración en Sala Metrónomo, en Santiago, una tarima que en la industria nacional es considerada como uno de los primeros escalones que oficializan la carrera musical de artistas locales. Está nerviosa, pero “más que lista” y afirmada de los más de 74 mil oyentes que tiene en Spotify, del galardón por ‘darle un nuevo giro al futuro de la escena chilena’ en los Premios LaJunta y un álbum que alcanzó un millón de reproducciones en menos de un mes.
¿Qué pasa ahora que caímos en tu juego?
Ver cómo dar vuelta el juego que pa’ mí era salir en todos lados con las weas que estaba haciendo. Ahora tengo que posicionarme con las cosas serias que tengo. Ese es el juego ahora.