MUVA KELLER
Muva Keller tiene claro lo que se debe tener para llegar a ser su hija. Persistencia, pero sobre todo rigor. Pionera de la escena Ballroom en Chile, dio inicio a un movimiento que crece a diario en parques, salas de centros culturales y fiestas. ¿Qué significa ser madre de una casa? Muva contesta con lo vivido: las caídas, los escenarios, la familia elegida y el arduo trabajo a casi diez años de la primera kiki de la que se tenga registro en el país.
x Tomás García Álvarez
Llega corriendo porque así va su vida. Al ritmo de las kiki, de la noche, de un evento a otro. De las uñas retocadas para surtir de jurada. De la casa en la que vive en el litoral, de las tardes en la casa de su mamá y también en la de sus abuelos. De las notificaciones que no dejan de sonar en su celular. De las respuestas que entrega a destiempo. Muva Keller (33) siempre aclara en sus historias de Instagram que no es que no quiera contestar, es el tiempo. El tiempo que no tiene, pero que se toma para hablar sobre ser Pioneer Mother en Chile. Madre de una casa. Pionera de una escena. La madre de todas las madres. La casa que inició todo: House of Keller. “Oh, oh, oh hey K-fact bitch no shade. KELLER! K-fact fact fact fact fact, KELLER!”, gritan les caminantes que participan de las kiki cuando una Keller pisa el suelo.
El Ballroom nació a mediados de los setenta en Nueva York como una forma de resistencia de las comunidades racializadas, latinas y disidentes. Buscándolo o no, gestaron una cultura entre el baile y la performatividad. La celebración de las identidades, el voguing –baile y moda– en su máxima expresión. Los cuerpos en ritmo como armamento. El rostro lo es todo. La ropa más que todo. Las casas albergando a las chicas trans sin casa con una madre a la cabeza.
MAIN BALL: escena más estricta con las reglas de las casas históricas de la cultura Ballroom.
KIKI BALL: escena contemporánea para experimentar y jugar, basándose en los territorios locales.
Hay tiempos para convertirse en madre en la cultura Ballroom. Momentos. Meses como tienen las temporadas, categorías como tienen las main y las kiki ball. Antes de ser una de ellas, Muva pisó otros lugares. Desde el descubrimiento de la danza en Espiral a la de Arte y Movimiento. Las batallas de break dance rodeada de hombres cis, Muva en el medio tirando los brazos y las piernas hacia el girly. Las clases con Ángel Ceja, eminencia mexicana del waacking -estilo de baile nacido en clubes gays- y entonces, solo entonces, el voguing en su vida.
“Era la maricona fuerte que estaba entre medio de todos los hueones, peleando por ese espacio porque no había un lugar. Cuando terminó la clase Ángel me dijo: tú bailas waacking pero eres voguer. No tenía idea qué era eso. Me dio unos consejos para buscar información. Cuando me metí a internet mi cabeza explotó”, dice Muva mientras se acomoda el top beige que lleva aunque haga frío en Santiago.
De los clics en el computador saltó a las conversaciones con exponentes de otros países y entendió que no solo era un baile, sino que toda una cultura. Reglas, vestuarios, batallas para ganar trofeos. Familias elegidas y casas. Muva quiso una. Era 2015 cuando junto a TofuQuing, pionero y padre, formaron House of Keller (HOK).
¿Cómo nace la casa?
Después de viajar a Brasil con TofuQuing llegamos con la idea de hacer una ball en Chile. Hacíamos clases, pero la primera competencia fue la Navidrag en 2015. Teníamos ganas de hacer cosas bonitas para la gente, comunitariamente hablando. Yo creo que en ese momento tampoco sabía ni sentía el peso real de lo que significaba hacer esto. Solo lo hacíamos porque lo encontrábamos hermoso. HOK se creó con tres personas, pero ahora somos veinte, contándome.
¿Y el Keller de dónde viene?
–De mi abuelo- devuelve rápido sin dar margen a la duda.
Cuando era chica su mamá se emparejó y no había una casa en la que instalarse, entonces su abuelo dijo: no se va hasta que levanten una. Fue así como se crió con ellos. “Mis abuelos son un pilar importante en mi vida y en parte todo lo que me enseñaron lo estoy replicando. Por eso Keller porque no podría ser otro nombre. Quise marcar un legado. El respeto que le tengo a mi familia es el mismo que le tengo a las Keller”, reflexiona.
Muva podría haber sido bailarina, profesora de baile o performer. Podría también no haber sido nada y en cambio decidió serlo todo al mismo tiempo. Bailarina, performer, profesora, directora de arte, creadora de contenido, madre.
Son las 20.35 de la tarde en el Barrio Bellavista. En una sala de baile, Muva mueve la cadera como si sus piernas quisieran alcanzar la cintura. Las manos juntas, convertidas en un solo puño, suben y bajan rozando el estómago. Detrás de ella hay más de quince personas, todas aprendiendo el vogue femme y a ellas les dice: “En el voguing tienen que pensar que están rodeadas de cámaras, verse regias en todos lados”.
-Y atentas a sus caras. Mientras no termine la clase ustedes están acá- aclara apuntando con sus uñas largas el suelo y su mirada fuerte clavada en la pared de espejo que tiene enfrente.
¿Qué significa ser madre de una casa?
Para mí significa mucha responsabilidad. Es entregar las herramientas que en algún momento no tuve. Soy una maricona que se ha sacado la mierda trabajando para abrir espacios. Me cerraron muchas puertas y no quiero que eso le pase a otras personas.
Hay momentos que amo a mis hijas y momentos que las odio. Eso se sabe porque conversamos todo. No solo las hago bailar y les digo cómo bailar. Tenemos el trato de madre e hijas. Todo es recíproco. Desde ir al médico, conversar sobre problemáticas personales. Desde un plato de comida hasta un abrigo. No son cosas que mostremos en redes sociales. Yo en este momento sé todo lo que están haciendo mis hijas y no porque ande de loca, sino que porque me lo cuentan.
Las familias tradicionales están construidas en base a cierta normatividad. ¿Pasa algo de eso en las casas?
Obviamente existen patrones que una repite. Antes buscaba replicar lo que yo veía, pero ahora fluyo más. Estamos construyendo juntes por más que yo sea madre. Siento que muchas veces les hijes que llegan al Ballroom a buscar una familia sienten que todo es como en Pose (serie sobre cultura Ballroom). Pero no. Somos personas trans dándole soporte a personas trans.
No me cuestiono el hecho de si será muy patriarcal esta estructura. No, a la mierda. Que el mundo me vea y opine lo que quiera. Solo nosotras sabemos lo que vivimos dentro. Esta es una nueva oportunidad de construir la familia que tú quieres.
En la serie Pose hay un acompañamiento de las madres en los procesos de transición. ¿Se da también en House of Keller?
Totalmente. Yo soy una persona que transicionó en pandemia porque hice que muchas otras personas florecieran antes que yo. Me da mucha emoción porque es muy importante para mi. Me reflejaba en las personas. Ayudé a muchas cabras chicas a ser quienes son y no vi quién era yo hasta que las vi a ellas. Es eso. Period.
¿Cómo se llega a ser una Keller?
Solo puedo sentirlo. No es como que yo diga “ella va a ser mi hija”. Alguien puede bailar increíble, pero no significa que vaya a ser un aporte. Tenemos un “K-factor” que es lo que hace que una persona sea Keller. Ese shine, esa magia que tiene alguien. Cuando la escucho hablar, cuando la escucho tratar a otras personas. Cómo se comunican con otres. Quizás hay personas que no tengan las mismas herramientas, pero hay algo que se siente. Muchas veces he visto a alguien y he dicho “esta persona es”, pero no lo digo. La tengo vista. Dejo que la cague, que se meta con gente, incluso que vaya a otras casas para saber de dónde vienen y dónde quieren ir.
¿Hay requisitos para quedarse en HOK?
En Keller no puedes ir a ningún lugar si no tienes para pagar tu culo. Tienes que tener un trabajo, siempre lo decimos. Ha llegado gente que no tiene trabajo, pero existen las oportunidades para buscarlo y siempre, siempre nos ayudamos en eso. Tenemos esas conversaciones. No es como “tengamos una casa, bailemos, vistamos de lentejuelas”. O sea, sí, pero cuando te sacas el maquillaje y te sacas la ropa tienes que poderte el culo.
¿Quién es Muva Keller?
La que soy con mis amigas. Soy una figura para mucha gente, pero soy común y corriente. Corriente no tanto (se ríe). En mi día a día, fuera de mi trabajo, disfruto cosas muy simples y eso me tiene muy tranquila. Y también puedo ser culeada, estricta, pero porque quiero lo mejor para mi gente. Los resultados que yo tengo son muy distintos a los de quienes me critican. Solo yo sé lo que me costó llegar hasta acá. Y eso no es porque yo tenga más privilegios. Soy una travesti de población, mi familia no tiene plata y todo lo que he hecho es a puro trabajo. No soy la amiga de todos, soy la Muva pionera, la Muva profesora, la performer, eso es lo que puedo entregar.
¿Qué fue lo último que hiciste que provocó un efecto en las personas?
Esta entrevista. Transmitir la cultura Ballroom, hablar sobre mí y sobre todas.